
Wobenzym ® vital,
Gracias a sus ingredientes, ayuda a controlar la respuesta fisiológica inflamatoria y favorece el funcionamiento normal del sistema inmunitario.
Las enzimas equivalen a la vida
La catálisis de las moléculas proteicas controla todos los procesos del organismo
Las enzimas controlan todas las cosas vivas y están implicadas en los procesos metabólicos naturales, incluso en nuestro organismo. Según los científicos, 15.000 enzimas son responsables de los procesos corporales.
Cada segundo se producen aproximadamente 30.000 billones de reacciones químicas en nuestro organismo. Ya sea la respiración, el crecimiento, la digestión, la producción de energía, los impulsos nerviosos, la coagulación de la sangre, los procesos de cicatrización tras una lesión o los procesos complejos del sistema inmunitario, todo está controlado por enzimas.
A día de hoy, los investigadores sólo han sido capaces de identificar con precisión 3.000 enzimas según su estructura y función.
Terapia Enzimática Sistémica
¿Qué significa terapia enzimática sistémica?
El término “terapia enzimática sistémica” describe un tratamiento en el que los productos enzimáticos influyen en diversos sistemas reguladores y de comunicación del organismo, más en concreto en el sistema inmunitario. Un sistema inmunitario equilibrado es un requisito imprescindible para tener una buena salud.
Con el fin de garantizar la acción del efecto sistémico del tratamiento enzimático, debe haber moléculas enzimáticas activas en el intestino delgado para que el organismo las utilice. Para pasar por el medio ácido del estómago sin sufrir alteraciones, los comprimidos de enzimas deben estar recubiertos.
Las enzimas específicas utilizadas en la terapia enzimática sistémica tienen un efecto particular en un sistema regulador del organismo. La combinación de enzimas de origen vegetal, por ejemplo, bromelaína y papaína, con enzimas de origen animal, como la tripsina, quimio tripsina y pancreatina, es eficaz y esencial para facilitar la regulación del máximo número de sistemas corporales posibles.
¿Dónde se utiliza la terapia enzimática sistémica?
La terapia enzimática sistémica tiene diversos campos de aplicación. Las enzimas sustentan al organismo en una serie de situaciones de sobrecarga, como inflamaciones crónicas o agudas, varices y arañas vasculares e inflamación después de la radioterapia.
La ingesta de enzimas ayuda a las propias enzimas del organismo. Una gran ventaja de la terapia enzimática sistémica es que prácticamente carece de efectos secundarios. Este método preventivo refuerza el sistema inmunitario global del paciente, sin añadir síntomas de sobrecarga.
Enzimas en forma de comprimido
Para que el jugo gástrico no destruya las enzimas una buena alternativa es ingerirlas en comprimidos. Sin embargo, para que los comprimidos puedan llegar al intestino delgado, deben tener una cubierta protectora.
También es muy importante tomar los comprimidos de enzimas en ayunas, al menos 45 minutos antes de las comidas o 90 minutos después, con mucha agua. Esto garantiza un paso rápido por el estómago y evita posibles reacciones adversas. También aumenta las posibilidades de que las enzimas que pasan por las paredes intestinales se absorban en la sangre y el sistema linfático.
Competencia esencial: enzimas en la ciencia y la medicina
Las enzimas son sustancias naturales que aceleran y controlan los procesos metabólicos del organismo. Son de suma importancia para el sistema inmunitario: controlan el equilibrio entre las reacciones inmunitarias activadoras e inhibidoras con las que el organismo responde a los patógenos, las lesiones o las influencias ambientales perjudiciales.
Según investigaciones recientes, los procesos inflamatorios están implicados en más enfermedades de lo que se pensaba. Las enzimas pueden acelerar la evolución de una inflamación y, al mismo tiempo, reducir la hinchazón y el dolor.
Esto ocurre, por ejemplo, mediante la regulación de las citoquinas. Al igual que las hormonas y los neurotransmisores, las citoquinas son mensajeros que garantizan la comunicación entre las células de un organismo.
Su efecto antinflamatorio explica la gran variedad de aplicaciones de las combinaciones enzimáticas proteolíticas:
Inflamaciones venosas.
Inflamaciones ORL.
Inflamaciones de los órganos respiratorios.
Inflamaciones de los órganos urinarios y reproductores.
Inflamaciones de las venas y los vasos linfáticos.
Inflamaciones en las enfermedades reumáticas.
Inflamaciones después de lesiones.
Inflamaciones de la piel.
Edemas causados por inflamaciones.
Las enzimas ayudan al organismo a curarse a sí mismo en todas estas indicaciones.
En proyectos de investigación nacionales e internacionales, los médicos y los científicos han estudiado nuevas posibilidades del tratamiento enzimático. Como resultado, se han presentado numerosas patentes en todo el mundo.
En un estudio de más de 1.000 personas se comprobó que el tratamiento a largo plazo disminuía el uso de analgésicos con muchos efectos secundarios (AINE) al administrar un tratamiento enzimático adicional.
¿Cómo actúan las enzimas?
La ciencia ha sido capaz de identificar aproximadamente 3.000 enzimas en el organismo, cada una de las cuales realiza una tarea muy específica.
La mayoría de las enzimas se utilizan para los procesos metabólicos corporales normales (digestión, respiración). Algunas enzimas garantizan que, en caso de lesión, la sangre se coagule y la herida cicatrice; mientras que otras controlan la producción de hormonas importantes en el organismo. Las enzimas también destruyen toxinas ambientales y radicales libres causantes de enfermedades y pueden combatir patógenos, como bacterias, virus y hongos.
Reacción enzimática: el principio de la llave y la cerradura
¿Cómo actúan las enzimas?
Las enzimas tienen un centro activo. Visto con un microscopio potente, ésta es la zona que a menudo se parece a una depresión. Algunos materiales encajan en esta depresión, lo que provoca la conversión y modificación de la enzima.
Las enzimas proteolíticas, que escinden las proteínas, son moléculas proteicas que se unen al centro activo y dividen la estructura global en localizaciones específicas. Cuando un sustrato se une a una enzima se forma un complejo enzima-sustrato. Cada enzima es específica de un sustrato y cataliza un pequeño número de reacciones que, a menudo, originan cascadas enzimáticas. Dichas cascadas permiten múltiples controles a lo largo de una gran respuesta global.
Las enzimas garantizan el establecimiento de un equilibrio específico entre el sustrato y el producto final mediante una reacción química.
Las enzimas sólo pueden conseguir una tasa máxima determinada de recambio (saturación del sustrato) y sólo se puede lograr un aumento de la cantidad de sustratos más allá de este punto si se añaden otras enzimas.
Las enzimas en tecnología y medicina
Nuestra vida es más fácil gracias a las propiedades de las enzimas. Por ejemplo, las lipasas que descomponen las grasas y las proteasas que descomponen las proteínas de los detergentes consiguen eliminar las manchas de nuestra ropa sin la necesidad de agua caliente.
Las enzimas también son importantes en medicina. Se utilizan, por ejemplo, para diagnosticar enfermedades en el laboratorio y en ingeniería genética como instrumentos para cosechar, unir, formar y desmontar componentes.
La terapia enzimática sistémica consiste en la combinación de distintas enzimas que regulan las reacciones naturales en el organismo, como la disminución de los procesos inflamatorios y sus síntomas. Este efecto también mejora el flujo sanguíneo y regula el sistema inmunitario, ya que la respuesta inmunitaria a los patógenos es un proceso complejo controlado por numerosas enzimas. Esta terapia también es útil contra numerosas enfermedades. En particular, acelera los procesos de curación y de recuperación de las personas cuyo organismo está debilitado o de las que sufren varias enfermedades al mismo tiempo.
Las enzimas son moléculas proteicas que controlan las reacciones bioquímicas. Establecen procesos en movimiento y los aceleran. Por eso se denominan biocatalizadores. Durante la transformación del material biológico, las enzimas no se consumen y, como consecuencia de ello, al final de la reacción la enzima se mantiene en su forma original.
Estructuralmente todas las enzimas están compuestas de aminoácidos. Todos los componentes proteicos de nuestro organismo se originan a partir de los mismos 20 aminoácidos y la secuencia específica de aminoácidos determina la estructura espacial de la enzima.
La secuencia de numerosas enzimas y proteínas constituye la información genética en el ADN. Vistas con el microscopio, las enzimas parecen actuar de una forma desorganizada pero la aparente alteración tiene un método: los enlaces entre las cadenas de aminoácidos de la enzima (puentes peptídicos) determinan cómo una cadena de aminoácidos se curva y qué aspecto adopta finalmente la enzima.
Las enzimas contienen componentes que no son aminoácidos, denominados cofactores. Un ejemplo de cofactor es una vitamina. Sin dicha vitamina, algunas enzimas no son capaces de funcionar correctamente. Cuando esto sucede, se habla de un trastorno metabólico.
Las enzimas sólo pueden formarse con determinados valores de pH y temperaturas. Son muy sensibles y se destruyen en gran medida por la acción del jugo gástrico del estómago. Las enzimas activas desempeñan una función esencial en nuestro sistema inmunitario, ya que regulan la inflamación y controlan el flujo sanguíneo.
¿Cuándo es útil la terapia enzimática sistémica?
Las enzimas son responsables del metabolismo, la nutrición, el flujo sanguíneo y la producción de energía. Además, son esenciales para el sistema de defensa del organismo.
La gran variedad de actividades de las enzimas explica por qué el proceso de curación de una amplia variedad de enfermedades se puede acelerar con el tratamiento enzimático.
Los productos enzimáticos apoyan el tratamiento de las lesiones deportivas al facilitar o aumentar el flujo de sangre en la herida.
En algunos casos de reumatismo, los estudios han demostrado que el tratamiento enzimático es igual de eficaz que la medicación tradicional, pero sin efectos secundarios.
También se ha comprobado que las enzimas son beneficiosas en los pacientes con cáncer, sobre todo para combatir la inflamación después de la radioterapia. El motivo más probable es que apoyan al sistema inmunitario.
Sin embargo, no basta con tomar frutas ricas en enzimas como la piña, la papaya, los higos o los kiwis para proporcionar al organismo enzimas adicionales. El aporte de enzimas a través de los alimentos no llega a la sangre de la misma forma porque se descomponen por la acción del ácido del estómago. Este es el motivo por el cual las enzimas sólo se pueden usar como tratamiento medicinal si se toman en forma de comprimido. Una cubierta especial protege a la enzima del ácido del estómago para que pueda llegar a la parte del organismo que la necesita